ALICIA ALMENDROS.- España cuenta con más de 800 hospitales. En todos hay un gerente, en cambio, sólo en dos ese puesto está ocupa-do por una enfermera. Es el caso del Hospital de Guadarrama en Madrid y del Hospital Comarcal de Inca (Baleares). Tradicionalmente, las gerencias de los hospitales han estado ocupadas por médicos. Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, lleva tiempo pidiendo al Ministerio de Sanidad y a las Comunidades Autónomas que “no se margine a los enfermeros y enfermeras en puestos de responsabilidad y en los órganos que toman las decisiones sobre el sistema sanitario”.

Igualdad

“No es frecuente que los pro-fesionales de enfermería ocupemos estos puestos. Pero, yo creo en la igualdad; creo que a todas las personas hay que juzgarlas por los resultados y en mi caso creo que la gestión al frente de este centro es intachable. Los puestos se deben ocupar por personal formado y las enfermeras sí estamos formadas en gestión, tenemos las mismas condiciones que el resto de los profesionales, incluso más porque nuestra empatía y cercanía para con el paciente nos da ese plus en un puesto de responsabilidad”, asegura Rosa Salazar, enfermera y directora gerente del Hospital de Guadarrama (Madrid). Salazar se siente orgullosa de poder estar en este puesto, “cuando me lo propusieron lo vi como un reto, una oportunidad para seguir avanzando y creciendo profesionalmente. Mi antecesora también era enfermera por lo que creo que algo está cambiando y abriendo camino a los enfermeros”, añade.

Rosa empieza la jornada laboral muy pronto. “Estoy casi las 24 horas pendiente del hospital. Nada más levantarme estoy atenta al teléfono y al correo por si hubiese alguna cosa urgente. De camino al hospital empiezo a hacer llamadas, el manos libres me permite iniciar antes la jornada de trabajo”, expone Salazar.

El Hospital Guadarrama es un centro sanitario público dependiente del Servicio Madrileño de Salud. Está situado en el municipio de Guadarrama, a 48 kilómetros de Madrid. Es un centro de media estancia especializado en la atención y cuidados de personas con necesidad de rehabilitación y cuidados. La actividad asistencial está organizada en unidades funcionales que se caracterizan por ofrecer una atención integral y personalizada, atendiendo no sólo a la enfermedad sino también a la persona. “En este centro tenemos una característica bastante diferenciadora, y es que además de trabajar para que el paciente se recupere, tratamos de indagar en cómo se sienten, sus emociones, su bienestar… No sólo nos preocupa su problema de salud, sino que nos preocupa la persona”, resalta Salazar. Ella todos los días hace un recorrido por todo el centro. “Primero reviso con mi secretaria y organizamos las cosas que tengamos pendientes. Después me gusta dar una vuelta por la hospitalización, las consultas, la cocina… y ver el hospital y a los trabajadores”, comenta. “También tengo reuniones, y siempre surge algo en el día con lo que no contabas. Suelo ser muy meticulosa y metódica, no me voy si no acabo todo”, confiesa. Como el hospital es pequeño el contacto de Rosa con el resto de los empleados es muy cercano, “hablamos constantemente de cualquier cosa que sea de interés y que no hayamos tratado en reuniones formales y establecidas. Me gusta tener la puerta abierta porque creo que es la mejor forma para comunicarnos y dar confianza a las personas que quieran hablar conmigo”, añade.

Trayectoria

Rosa comenzó a trabajar en este hospital en 1995. Pasó por hospitalización, medicina preventiva, admisión… y en 2002 ocupó el puesto de directora de enfermería. “Estuve 14 años como directora trabajando de manera intensa por ordenar toda la práctica, la excelencia de los cuidados… En definitiva, nos hemos centrado mucho en poner al paciente en el centro de la asistencia. En todos estos años hemos logrado trabajar en equipo e imponer la confianza y el respeto”, resalta Salazar. Como directora de enfermería ya mostró su implicación con el hospital, “he trabajado con distintos gerentes a los que agradezco su confianza. La verdad que siempre he estado implicada en el ámbito de la gestión, y cuando me propusieron el puesto de gerente acepté el reto. Es algo con lo que nunca hubiera soñado. Creo en este hospital, en este modelo de trabajo y en los profesionales que trabajan aquí que son una maravilla. Unas cosas irán mejor, otras peor pero lo que no tengo duda es de su buen hacer. Estoy muy orgullosa”, expone. “Además, creo que las enfermeras contamos con un plus para esto porque en nuestra formación está bastante incorporados los aspectos de gestión y de administración. Creo que podemos aportar mucho al sistema”, puntualiza.

Autocuidado
Una de las especialidades de este centro es la Geriatría, “sobre todo nos centramos en la autonomía del paciente. En los cuidados básicos donde la enfermería es mucho más relevante. Muchas veces no necesitan técnicas complejas ni medios diagnósticos complicados… necesitan ser autónomos en sus autocuidados y aquí las enfermeras tienen un papel muy significativo, posiblemente más que cualquier otro profesional”, resalta la gerente del hospital madrileño”. Entre los servicios se encuentra el gimnasio, un espacio precioso con una característica especial: “hemos habilitado una zona de uso libre que no existe en otros hospitales en la que los pacientes cuya recuperación está siendo buena. Doblamos el tiempo de rehabilitación y pueden estar con su terapeuta el tiempo programado y el resto, pueden hacer ejercicios de manera libre pero supervisada”, argumenta. El entorno y las estancias hacen que no parezca un hospital. El gimnasio o la sala de terapia ocupacional, por ejemplo, disponen de un elemento que simula un cielo abierto haciendo más agradable la estancia.“Al final con todos estos espacios tratamos de mejorar su recuperación”, sentencia.

Trabajo duro

Un poco más lejos de la capital, en Baleares, Soledad Gallardo desempeña el puesto de gerente del Hospital Comarcal de Inca. Ella comenzó en el ámbito de la gestión con una supervisión de unidad. “Llevaba varios años como enfermera asistencial, pero había hecho algunas incursiones en la formación y a partir de ahí me llegó la propuesta. El inicio es sencillo, pero te marca para el resto de tu trayectoria. En mi caso desde esta supervisión en una unidad de Neurocirugía inicial salté a una supervisión de área como responsable de calidad del Hospital Universitario Son Dureta y ahí aprendí a ver el mundo con una perspectiva que ya siempre me ha acompañado”, comenta. Aunque tuvo idas y venidas, y lo combinó con otros cargos. “En una de estas, me propusieron asumir la subdirección de un complejo hospitalario que en ese momento vivía una profunda crisis debido a su conversión de agudos a sociosanitario. Sin duda, un proyecto de los más duros, pero en el que aprendí no sólo a gestionar en entornos adversos, si no a entender que es imperativo definir bien los roles para entender lo que cada uno aporta al resultado final”, continúa Gallardo. Años más tardes, asumiría la dirección de cuidados del Complejo Hospitalario de Mallorca, cuando ya operaba completamente como una organización sociosanitaria.

Las claves

“Una de las características de la gestión es que la continui-dad nunca está garantizada y que, independientemente de que sea tu ámbito de conocimiento, tienes que estar preparado para afrontar las interfases, esas épocas en las que no te dedicas a la gestión pero que te amplían el bagaje de competencias para afrontar el siguiente proyecto”, explica la gerente. Tras pasar por una dirección del área de gestión clínica en Son Espases o ser responsable técnica en el centro coordinador de paliativos de Baleares, se incorporó a la gerencia del Hospital Comarcal de Inca donde está desde 2015.

Gestionar un hospital con diferentes profesionales no debe ser fácil. Gallardo resalta dos elementos muy clave, “por una parte la comunicación intensiva y por otra par-te la planificación. Ambas, como es obvio, estrechamente relacionados. La distancia entre cualquier trabajador y yo misma o cualquier miembro de mi dirección, es una distancia que facilita muchísimo el trabajo y la toma de decisiones. Al final, el día a día consiste en combinar esos dos elementos conductores con la gestión de los imprevistos y, sobre todo, establecer prioridades a la hora de resolver”.

La gestión es una competencia que se adquiere postgrado. “En la actualidad, por ejemplo, en las del ámbito sanitario hay algunas asignaturas testimoniales, no hay ninguna carrera universitaria que te prepare para asumir inmediatamente un puesto de gestión”, afirma Gallardo. “Siempre explico que la ventaja que tiene un enfermero sobre otros profesionales es el conocimiento profundo de la organización debido funda-mentalmente a la misma naturaleza de su trayectoria profesional. Los enfermeros suelen iniciar su actividad laboral con contratos de corta duración que les conducen a diferentes áreas y después, a lo largo de su vida cuando se produce la consolidación, suelen desplegar su actividad en diferentes ámbitos organizativos tanto horizontalmente (de conocimiento) como verticalmente (de visión). Al final este recorrido permite un conocimiento profundo y muy poco frecuente de las diferentes áreas que conforman una organización sanitaria, de sus puntos de tensión y de la percepción, vivencia y expectativas de los pacientes. Esa es la ventaja en cuanto al conocimiento tácito, pero sin duda, al igual que con el resto de disciplinas, este debe completarse con una formación adecuada”, puntualiza.

Competentes

La comunicación y la planificación estratégica son los dos elementos conductores de la gestión, por lo que un buen gestor debe ser competente en ambas. “En cuanto a la comunicación, siempre he considerado que es el elemento más importante y a su vez el punto débil de la mayoría de los profesionales. Y, sin embargo, debemos tener en cuenta que un mal proyecto con una buena comunicación puede tener una buena acogida y que un gran proyecto con una mala comunicación está abocado al fracaso. Forma parte de una de esas competencias en las que tenemos que trabajar continuamente, mejorando nuestra habilidad en ese sentido”, resalta la gerente.

En el Hospital Comarcal de Inca, como ocurre en el de Guadarrama, ambas gerentes practican una política de puertas abiertas con la que buscan ser accesibles y próximos al resto de trabajadores. “Es cierto que la falta de costumbre de ver a una enfermera como gerente, hace que esa sensación de frontera invisible con la que muchas veces se topan los profesionales a la hora de dirigirse a la gerencia, en nuestro caso no exista”, señala Gallardo.

A la pregunta de si volvería a una labor asistencia, esta enfermera reconoce “que le gusta mucho la gestión y la posibilidad que te ofrece de cambiar las cosas, de potenciar proyectos y de empoderar a los profesionales y a los pacientes, pero también me gusta el contacto con el paciente. Ahora lo mantengo incluyéndolo como interlocutor en muchos de los proyectos. La dinámica en la gestión te obliga casi inevitablemente a compaginarla con momentos en los que te dedicas a otros proyectos u otras actividades. En mi caso, como en el de la mayoría de los compañeros, siempre es así y no me importa porque en esos periodos es cuando tengo la oportunidad de ampliar mi visión de las cosas, aunque tengo claro que la gestión es mi ámbito de conocimiento y de competencia, y es donde puedo dar lo mejor de mí misma”.