«La situación ha mejorado considerablemente, pero sigue habiendo muchos contagios y muchas personas ingresadas en UCI.
Entendemos que la población en general está deseando recuperar cierta normalidad y que hay un sector como el hostelero tremendamente perjudicado por el parón, pero en situaciones como la actual pandemia, la prudencia salva vidas. Hay que ser prudentes y seguir tomando medidas de prevención para garantizar el control de la pandemia.
Un paso en falso puede suponer una auténtica tragedia.
Es lógico que sectores que están sufriendo las consecuencias económicas presionen para pasar a la siguiente fase, hay muchas personas que han perdido el empleo y muchos negocios que llevan cerrados dos meses sin un solo ingreso. Hay preocupación y nerviosismo.
Sin embargo, estamos hablando de vidas humanas y de salud, y ante eso no sería razonable priorizar sobre otros criterios como el económico. Tienen que imperar de forma exclusiva los criterios sanitarios, porque de otra forma podríamos lamentarlo.
Las consecuencias de dar un paso en falso serían una auténtica tragedia. El riesgo es un repunte de contagios y, por tanto, un nuevo repunte de ingresos en UCI y de muertes. Los profesionales de la sanidad madrileña lo han sufrido en mayor medida que en otras CCAA, exponiéndose al virus sin las medidas de seguridad suficientes, doblando turnos y guardias y dejándose la piel. No los llevemos más al límite, por favor.
Necesitamos coherencia. Es mejor ser prudentes y esperar, si es lo adecuado. “No por mucho madrugar amanece más temprano”, y en este caso es necesario prudencia, prevención y responsabilidad por parte de toda la sociedad».