ÁNGEL M. GREGORIS.- El avance sin control de la primera ola de la pandemia por COVID-19 en marzo trajo consigo una revolución del sistema sanitario tal y como se conocía hasta el momento. La incertidumbre, la desinformación y la falta de conocimientos sobre la enfermedad hizo que tanto la población como los profesionales sanitarios tuviesen que enfrentarse a una situación desconocida que, en muchas ocasiones, pudo afectar enormemente a la salud psíquica de las personas.

Para ayudar a minimizar esta situación, un equipo compuesto por cinco enfermeras especialistas en Salud Mental del Hospital Galdakao-Usansolo (Vizcaya) creó unos protocolos durante la etapa más dura de la crisis sanitaria que buscaba atender las demandas específicas que se iban presentando tanto en pacientes como profesionales y familias derivadas de la situación excepcional.

El estudio Experiencia de la atención de enfermeras de salud mental durante la pandemia de la COVID-19 expone en tres puntos clave cómo debe ser la atención a familiares, a pacientes y a profesionales. “Las funciones desarrolladas han sido plasmadas en un protocolo como base para que otras enfermeras puedan ponerlas en marcha, tanto en caso de repetirse la situación como en otras análogas”, afirman los autores. Juan José Pérez, Estibaliz Muñoz, Amaia Barroeta, Itxaso Iza y Vanessa Olmos son los profesionales que están detrás del trabajo, publicado en la revista Metas de Enfermería.

En cuanto a la atención a familiar, se aconseja que los planes de actuación frente a desastres tengan en cuenta procedimientos para ofrecerles información, asistencia y soporte. “Una de las maneras de prestar ayuda y apoyo efectivo a las personas afectadas es la Primera Ayuda Psicológica, que se trata de una respuesta humana de apoyo a otro ser humano que está sufriendo y que puede necesitar ayuda. Actualmente, este es el apoyo de salud mental más extendido en las grandes crisis humanitarias y se considera que debe estar disponible inmediatamente. En esta línea, se ha desarrollado la labor principal del equipo centrada en el apoyo emocional y la transmisión de información”, explican.

Así, el apoyo emocional englobó, desde clarificar tiempos y resolver dudas, hasta la realización de acompañamiento y/o escucha activa, atención individual en un despacho, puesta en marcha de técnicas de relajación, derivación a su médico de Atención Primaria. Dentro de esta vertiente, merece especial atención el acompañamiento al duelo a las familias de pacientes en situación de últimas horas para las que se procuró dar apoyo, por un lado, a los profesionales en la transmisión de malas noticias y, por otro, realizando acompañamiento a la familia y paciente.

En este sentido, los investigadores constatan que una de las situaciones que mayor malestar emocional generaban era “la muerte en soledad, sin despedidas, sin contacto…”

Por otro lado, la información en un momento como el actual se convirtió en vital para todos los familiares. “Una figura que se encargue de hacer de nexo entre familiares, pacientes y profesionales es útil en muchos aspectos porque disminuye la angustia y/o ansiedad generada por el aislamiento, ayuda a clarificar conceptos, facilita la detección de necesidades en las familias, libera de carga al equipo asistencial, facilita la obtención de información clínica, favorece una comunicación fluida y detecta necesidades.

En lo que se refiere a la atención a pacientes, se dividió entre los de salud mental, que se llevó a cabo con apoyo en la atención en urgencias de estos y durante el protocolo de ingreso, así como a los pacientes sin patología psiquiátrica, que consistió principalmente en la ayuda a la autorregulación emocional y en la ayuda a la hora de ponerse en contacto con sus familiares, a través de, por ejemplo, videollamadas. “Se empleó esta herramienta como forma de comunicación directa y visual entre ambas partes”, subraya.

Por último, el equipo enfermero analizó también la atención a profesionales, ya que “proporcionar cuidados sanitarios en primera línea frente a emergencias aumenta el riesgo de desarrollar problemas de salud mental a corto y a largo plazo”. “Para dar cobertura a la necesidad de apoyo emocional y descarga de los profesionales del hospital se procuró la divulgación de algunas técnicas de relajación, herramientas eficaces y sencillas que ayudan a aliviar el estrés laboral y la alteración emocional, fomentan el autocuidado, aumentan la empatía y contribuyen a facilitar la toma de decisiones”, aseveran.

En conclusión, las enfermeras del hospital vizcaíno puntualizan “la necesidad de cuidar a los cuidadores tanto a familias como profesionales, siendo estos últimos muchas veces los grandes olvidados”.