• En 2024, el CGE ha registrado 1.134 peticiones del certificado de buena conducta (documento que solicitan desde los países extranjeros para poder trabajar allí), un 6,6% menos que los 1.214 que se solicitaron en 2023.
  • “Ha llegado el momento de solucionar un problema tan grave como este, valorar a las enfermeras, darles las condiciones laborales que merecen y evitar esta desazón que les hace marcharse”, afirma el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya.
  • Ante el Plan Estatal de Retornos anunciado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, la institución se muestra escéptica porque consideran “muy difícil que se pueda cumplir con las condiciones actuales que tienen las enfermeras”.

Madrid, 24 de febrero de 2025.- El Consejo General de Enfermería insta al Ministerio de Sanidad y a las consejerías autonómicas a trabajar en políticas reales para evitar la fuga de enfermeras en busca de mejores condiciones, ya que las cifras que se manejan desde la institución de profesionales que se marchan no dejan de aumentar año tras año. Así, en 2024, el CGE ha registrado 1.134 peticiones del certificado de buena conducta (documento que solicitan desde los países extranjeros para poder trabajar allí), un 6,6% menos que los 1.214 que se solicitaron en 2023.

Si se echa la vista un poco más atrás, se puede observar que las solicitudes han aumentado casi un 300% con respecto a 2021, cuando un año después de la pandemia se registraron 288 peticiones. “Vemos como, aunque parece que empiezan a descender las peticiones, las ganas de marcharse todavía existen para nuestros compañeros y compañeras. Es conocido por todo el mundo que las enfermeras españolas son de las profesiones más demandadas fuera del territorio por su magnífica formación. Sabemos que esto es así y, a pesar de esto, dejamos que se vayan en busca de mejores condiciones. Ha llegado el momento de solucionar un problema tan grave como este, valorar a las enfermeras, darles las condiciones laborales que merecen y evitar esta desazón que les hace marcharse”, afirma el presidente del CGE, Florentino Pérez Raya.

Para él, “debería estar prohibido que se formase a las enfermeras y enfermos de la forma que lo hacemos en España para luego desperdiciar ese talento y dejarlos marchar”.

Tal y como se apunta desde la Organización, a lo largo de los últimos años son muchas las enfermeras que han finalizado sus estudios para, directamente, marcharse a trabajar en otros países con mejores ofertas. Reino Unido, Francia o Noruega son algunos de los países que más enfermeras españolas demandan.

Plan de retorno

Ante el anuncio del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de impulsar un plan estatal de retorno para españoles que deseen regresar, desde el organismo que representa a las más de 345.000 enfermeras y enfermeros se aplaude la iniciativa, pero también se mantienen reticentes por cómo pueda funcionar en la profesión. “Hablamos de un plan muy general, que no entra en detalle por profesiones. Tal y como hemos denunciado muchas veces desde el Consejo General de Enfermería, las condiciones de la profesión actualmente no siguen siendo las que se merece y, evidentemente, esto no hace que todas aquellas compañeras y compañeros que se han marchado vayan a querer volver”, apunta Pérez Raya.

En este sentido, subraya que “aunque sería una noticia muy positiva porque en España se forman excelentes enfermeras y enfermeros, no nos queda más remedio que poner en duda que este plan pueda funcionar en esta profesión. Lo primero que hay que hacer es mejorar la situación actual de las enfermeras que ya están aquí, evitar la temporalidad, ofrecer contratos estables, reconocer la categoría profesional a la que pertenecen las enfermeras… Y luego, cuando eso suceda, podremos plantearnos que las enfermeras retornen a nuestro país. Mientras tanto, no podremos competir con países que de verdad valoran y remuneran su trabajo como se merece la profesión”.

Para finalizar, Pérez Raya pide a los Gobiernos central y autonómicos que se implementen medidas reales “que hagan atractivo volver a trabajar de enfermera en España, con incentivos y mejoras que hagan que las enfermeras dejen de marcharse”.