ALICIA ALMENDROS.- Un total de 14 enfermeros componen los Equipos Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD) en zonas rurales que dan soporte a los centros de salud de Ourense. Cubren las necesidades de más de 2.000 pacientes inmovilizados y son el enlace con los equipos de Atención Primaria. “La iniciativa nació como un proyecto piloto y nuestra función es captar a este tipo de pacientes e ir a visitarlos a sus domicilios para detectar nuevas necesidades, cubrirlas y hacer una derivación a otras unidades si fuera preciso”, explica Nabor Pereiro, enfermero de uno de los Equipos de Soporte de Atención Domiciliaria de Ourense.

Envejecimiento

La población gallega rural tiene un alto índice de envejecimiento lo que supone más enfermedades crónicas que les dificulta en algunos casos acudir al sistema de salud público. La orientación comunitaria de la Atención Primaria trae consigo un cambio de paradigma que supone la evolución de una atención centrada tanto en la enfermedad como en el ámbito biopsicosocial, es decir, en la persona de una manera integral y en su contexto social y familiar. “Contamos con un listado de todos los usuarios que tienen el diagnóstico de paciente inmovilizado abierto y, a partir de ahí, es donde nosotros generamos la ficha y concertamos la cita con ellos directamente o con sus cuidadores”, añade Pereiro.

Durante su labor el perfil del paciente en el área Sanitaria de Ourense, Verín y Valdeorras, era mayoritariamente personas inmovilizadas (el 74%) con grandes dificultades para desplazarse a sus centros de salud, con un promedio de edad próxima a los 90 años, más de la mitad mujeres y con un grado de dependencia total.

Ganarse la confianza

Cada equipo de soporte domiciliario consta de dos enfermeros en cada área y reciben el apoyo del equipo de Atención Primaria. “Cuando comenzamos fue complicado ganarnos su confianza porque despertaba dudas típicas ‘si vienen a casa me pueden robar’, ¿serán timadores?’… Entonces intentábamos primero hablar con ellos sobre su médico, su enfermera de Atención Primaria, las patologías que tenían, medicación… Para que vieran que estábamos informados”, explica Pereiro.

“Pero luego tanto ellos, como sus cuidadores, se sienten muy agradecidos porque alguien les ha ido a ver. Son citas de larga duración en las que haces una entrevista larga, una valoración del paciente y aprovechamos para realizar educación sanitaria en cuanto a movilización, higiene y cuidados básicos del paciente”, prosigue.

Necesidades

Para llevar a cabo esta actividad, la agenda del personal de ESAD se constituyó con seis huecos diarios, con un tiempo estimado de 50 minutos cada uno, que se puede adaptar en función de las necesidades de cada paciente y el tiempo empleado para los desplazamientos. Con toda la información recogida hacen un informe amplio que se registra en la historia clínica electrónica, para que quede la disposición de nuestros compañeros, que son sus sanitarios habituales. “Trabajamos en turnos de mañanas, tardes y algunos sábados, de modo que podemos dar tratamientos paliativos cuando los centros de salud están cerrados. En el caso mi caso y el de mi compañera llevamos diez centros de salud, casi todos unitarios, excepto el de nuestra base que es el más grande y por tanto el referente de la zona”, comenta Pereiro.

Patologías

En esta evaluación se identifican las necesidades de los pacientes, para valorar, conjuntamente con el equipo de Atención Primaria responsable, las medidas a tomar, desde reevaluar tratamientos, solicitar material de apoyo como sillas de ruedas o andadores, o proponer alternativas por parte del personal médico, de enfermería, farmacia o trabajo social. “Las patologías más frecuentes con las que nos encontramos son de larga duración como diabetes, hipertensión, insuficiencia cardíaca, renal…”, enumera Lorena Vila, enfermera de uno de los Equipos de Soporte de Atención Domiciliaria de Ourense.

Dependencia

El personal de los ESAD también registra el grado de dependencia de los usuarios y colabora con las familias en los trámites precisos, contrastando la existencia de un cuidador responsable, el estado de la cartilla de vacunación y su grado de adherencia a la medicación. “Las principales dudas que nos trasladan no son sólo de los pacientes porque hay veces que tienen demencias y no son conscientes de su estado basal o de los cuidados que requieren.

Por tanto, son los cuidadores quienes nos hacen consultas. Quieren saber si lo están haciendo bien o si necesitan un poco más de soporte por parte del profesional para ver si hay alguna técnica que se pueda mejorar, etc”, explica Vila. “Algunos de los que ya hemos visitado llevaban más de cinco años sin ir al centro de salud. Y sus cuidadores, en algunas ocasiones, han dejado de lados sus relaciones sociales o su tiempo libre para cuidar a ese paciente y necesitan esa motivación que les dé un poco de seguridad de saber si lo están haciendo bien o hay que cambiar algo”, resalta.

Continuidad de los cuidados

Otra de las labores que desempeñan estos equipos de soporte es dar continuidad a los cuidados de los pacientes que han sido dados de alta por los profesionales sanitarios del servicio de Hospitalización a Domicilio y dar información de su evolución a los equipos respectivos de Atención Primaria. “Aunque como decía mi compañero, al principio muestran desconfianza, a medida que pasa la visita se muestran muy agradecidos. Cuando nos vamos siempre preguntan que cuándo vamos a volver. Y es que este tipo de ayudas son clave tanto para el propio paciente como para las personas que los rodean”, finaliza Vila.

Sin duda, un servicio que da tranquilidad a pacientes y cuidadores, y garantiza unos cuidados sanitarios de calidad.