GEMA ROMERO.- “Las enfermeras son nuestros pies y nuestras manos. Son fundamentales. En el caso de Cristina, que es diabética, tiene que aprender muchas técnicas: cómo medirse, cómo regularse, cómo inyectarse… ellas mejor que nadie son las que nos pueden explicar cómo hacer estas cosas, además de cómo controlar su dieta y cómo mejorar con el ejercicio. Nos orientan en todas las pautas que tenemos que aprender”. Así se manifiesta Marta, madre de una niña recién diagnosticada con diabetes tipo 1. Su vida acaba de cambiar, pero lo llevan mucho mejor porque las enfermeras del Área Infantil del Hospital Reina Sofía de Córdoba están con ellas.

M.ª Ángeles es la enfermera que la trata durante su ingreso. Ella es enfermera especialista en Pediatría y experta en educación terapéutica. En su consulta trata a niños con trastornos de la conducta alimentaria, realiza educación diabetológica y también de la prevención de la obesidad. También se encarga de quienes, como Cristina, necesitan apoyo en su debut diabético: “hoy tenemos una sesión de alimentación con Cristina y su familia. Vamos a ver los diferentes grupos de alimentos. Les vamos a enseñar qué alimentos contienen hidratos de carbono, cómo contarlos, y enseñarles cómo tienen que llevar ahora su vida”, cuenta a DiarioEnfermero.es.

M.ª Ángeles, como experta en enfermería pediátrica, considera que la especialización es fundamental. “Está claro que cuando decidimos ser enfermeras, lo primero que queremos es ayudar a los demás, pero con lo especialización lo que conseguimos es poder acercarnos a una población en concreto, en este caso a la población pediátrica, en la cual somos mucho más capaces de llevar a la familia, a los niños, de cubrir todas sus necesidades”, sostiene.

Se podría pensar que, puesto que existe la especialidad de Enfermería Pediátrica, son estas enfermeras las que cubren los puestos en las diferentes unidades pediátricas, pero nada más lejos de la realidad. A primeros de año el Servicio Andaluz de Salud (SAS) se comprometió que el 100% de los puestos tanto en las UCIs Pediátricas como en el servicio de Neonatos de los hospitales fuesen ocupados por estas profesionales, pero al terminar 2023, este compromiso aún no se ha puesto en marcha.

Así, según datos del Colegio de Enfermería de Córdoba, en el Área Infantil del Hospital Reina Sofía de Córdoba –que engloba Urgencias del Materno-Infantil, UCI Pediátrica, Neonatos, Hospitalización, Cirugía Pediátrica, Oncohematología y Consultas Externas pediátricas– apenas el 52% de las enfermeras que trabajan (73 de un total de 140) tienen la especialidad Pediátrica. Porcentaje que en el caso de los citados servicios de Neonatos y UCI Pediátrica están cubiertos actualmente por especialistas en tan sólo un 60% y un 74%, respectivamente, en unos niveles similares a los que se registran en otros hospitales andaluces.

De hecho, “al no existir bolsas específicas, cuando una enfermera especialista en Pediatría termina su formación entra en el circuito general de contratación para Enfermería. Algo incongruente, ya que se priva a la población infantojuvenil de recibir los cuidados de calidad de estas enfermeras”, afirma María Teresa Arias, referente del grupo del trabajo de Enfermería Pediátrica del colegio cordobés.

Control de enfermería de la UCI pediátrica

UCI Pediátrica

Uno de los servicios más críticos es la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos. La nueva unidad, inaugurada en enero de 2022, cuenta con 12 habitaciones independientes con cámaras de aislamiento. “En esta unidad trabajan un total de 33 enfermeras, algunas ellas son enfermeras especialistas en pediatría, pero otras no. Aquí prestamos un soporte intensivo a todos los pacientes, donde la familia también puede estar 24 horas al lado del paciente”, cuenta Aurora Ruiz, jefa de bloque de Enfermería del Área Infantil del Reina Sofía y también enfermera especialista.

Como detalla María Arias, otra enfermera especialista, “los cuidados que prestamos en esta unidad son muy complejos, supone una alta especialización de la enfermería, tanto a nivel técnico como de conocimientos y de cuidados. Además, en el caso de pediatría, también está involucrada la familia, es un binomio del paciente junto a su familia, no se trata sólo del paciente al que atiendes, sus padres y el resto de su familia también están involucrados”.

En la UCI tratan pacientes desde bebés hasta los 16 años de edad, que es hasta donde llega la edad pediátrica. De ahí que deban adaptar los cuidados a las necesidades de cada paciente.

Las enfermeras especialistas en pediatría adaptan sus cuidados a cada paciente

Neonatos

En la UCI neonatal trabajan 38 enfermeras. Como explica Aurora Ruiz, “en esta unidad las enfermeras prestan sus cuidados tanto de cuidados intensivos, como intermedios, como del área de ingreso”. Lo que marca el que ingresen en esta unidad es la edad del bebé, pues la etapa neonatal abarca desde el nacimiento hasta los 28 días. “La diferencia estriba en que aquí también ingresan bebés pretérmino, desde las 25 semanas de gestación en adelante”, subraya la jefa de bloque de Enfermería.

Como explica María Teresa Luque, en neonatos “hay que sustituir todas las funciones del recién nacido. Cuando nacen tan inmaduros, hasta su lágrima tiene que ser sustituida. Depende de ti para todo, tus manos son sus manos”, subraya. Y es que la cantidad de cuidados de enfermería que necesitan estos pacientes es inimaginable. “El gran prematuro es un paciente que no es común a nada, no se parece a ningún otro paciente. Por ello es muy importante que la enfermera sea especialista, que tenga una gran formación para saber administrarlos. Es una condición imprescindible. Deben estar cuidados por gente que sabe lo que está haciendo y tiene una formación para darle la mejor calidad asistencial que necesita”, insiste.

En la UCI neonatal atienden desde bebés pretérmino de 25 semanas de gestación

Una especialidad que para Luque sobre todo lo que “aporta es la capacidad para anticiparte a las necesidades de ese bebé. Durante los dos años de formación EIR aprendes a trabajar en cuidados críticos pediátricos, adquieres las competencias para saber trabajar la hemodinámica de respiratorio, de neurológico… todos los campos que alberga la patología de ese bebé. El tener el conocimiento suficiente y la destreza para que no llegue al punto de tener que asistirlo de manera urgente, sino tener la capacidad para anticiparte y resolver el problema antes de que se agrave. Esa la es clave de una enfermera de UCI pediátrica”, detalla esta especialista. Algo que no suelen ver en la carrera.

En todo momento “las enfermeras pediátricas valoran las necesidades de cuidado de cada niño, de manera personalizada y durante todo el tiempo que dure su estancia. La humanización está siempre presente en todos nuestros actos, en todas nuestras intervenciones, lo tenemos en nuestro ADN. Trabajamos para que tanto niños como familias estén como en casa”, subraya Aurora Ruiz.

Larga estancia

Esta realidad es especialmente evidente en una unidad de larga estancia como es la unidad de Oncohematología Pediátrica. Este servicio, con capacidad para 16 niños, atiende a pacientes oncológicos, hematológicos y también trasplantados.

Al igual que en el resto del área infantil, la actividad no se centra sólo en la patología y el cuidado del niño, sino que engloba también a la familia. Como explica M.ª Luisa, una de las enfermeras especialistas de la unidad, “todas las habitaciones que tenemos son individuales, para que los niños y sus familias puedan tener intimidad. También tenemos dos habitaciones de aislamiento, para niños con la inmunidad más baja que generalmente son para trasplantes de médula”.

En largas estancias crean un vínculo especial con los pacientes

“Desde le inicio lo que intentamos es que la familia permanezca unida, que tengan sus objetos personales, que vivan esta situación lo más normal posible, que puedan venir sus abuelos, u otros familiares, a estar con los niños. Les permitimos incluso que traigan su propia comida, para que estén en un entorno lo más familiar posible”, incide Ana, otra de las enfermeras.

Y es el que la estancia de los niños, aunque depende del diagnóstico, supone largos periodos de tiempo. Como explica M.ª Luisa, “generalmente son cinco o seis meses, aunque no de forma ininterrumpida, tienen altas a casa cuando acaban ciclos de quimioterapia, o cuando se encuentran mejor, y vuelven a ingresar para el siguiente ciclo”. “En el caso de trasplantes sí puede llegar a ser más tiempo y sin altas”, subraya Ana.

A lo largo de su tratamiento hay varios momentos clave. “El primero es al inicio. Cuando un niño recibe este diagnóstico para la familia es un impacto brutal. Nuestro papel es apoyarles, que vean que formamos parte de su familia e intentar darles el mayor aporte posible y luego iniciar un camino de educación con ellos, de aprendizaje, de acompañamiento y vivir todo este proceso juntos y que tanto para el niño como para la familia sea lo más llevadero posible”, detalla Ana.

Por fortuna cuentan también con el ayuda de una psicóloga, un apoyo no sólo para niños y familias, sino también para las propias enfermeras, porque “también vivimos momentos difíciles para ellos, como una punción, curas, en los que ellos están más irritados, en los que Laura, la psicóloga interviene, hace terapia con ellos, juegos o pinturas, para que los tratamientos sean más llevaderos”, explica María Luisa.

Otro momento clave es el de la celebración. “A la entrada de la unidad instalamos una campana que tocan ellos, para decirles a sus compañeros, a su familia, a todo el mundo, que han terminado su quimioterapia. Es un momento espectacular que todos vivimos con ellos de primera mano”, relata M.ª Luisa. Además, como destaca Aurora Ruiz, “aunque la oncología pediátrica sea dura, la tasa de supervivencia es muy elevada. Hablamos de que está por encima del 80%. Eso es muy importante saberlo. También reconforta a la familia el que cuando reciben el diagnóstico se les diga que estos niños tienen un porcentaje altísimo de curación”, señala la jefa de bloque de Enfermería.

Cualquier cosa sirve para minimizar el impacto de la hospitalización en los niños

Vida normal

Hay niños que reciben su tratamiento de forma ambulatoria, acuden al hospital de día donde se las administra lo que necesitan sin necesidad de ingreso. Para ellos la vida es más normal. Para el que permanece ingresado durante poco o mucho tiempo se intenta que su vida sea lo más parecida a la normalidad. “Los niños siguen jugando, sonríen, en medida en que su patología se lo permite asisten al colegio que hay en el hospital, tienen salas de diversos y juegos, biblioteca… “En el hospital le damos mucha importancia a las actividades lúdicas, por lo que tenemos una unidad de actividades motivacionales. Le damos mucha importancia al bienestar de nuestro paciente y estas actividades minimizan el impacto de la hospitalización en nuestro pequeño y su familia, además de contribuir a su mejora y recuperación”, incide Aurora Ruiz.

Más allá

Al margen de unidades tan especializadas, el papel de la enfermera especialista en Pediatría va mucho más allá. En el Hospital Reina Sofía de Córdoba también están presentes desde el triaje de urgencias, donde clasifican a los pacientes en función de su gravedad, en las salas de observación, pendiente de ingreso o alta según su evolución, en consultas, en hospitalización, en cirugía tanto programada como urgente, en cuidados paliativos… Sin olvidar que la pediatría no es sólo hospitalaria. Su papel en Atención Primaria también es vital, tanto en el control y seguimiento del niño sano, como en la atención de procesos leves y de crónicos.

La Enfermería Pediátrica en España

La especialidad por la vía EIR se creó en nuestro país en 2010. Actualmente hay 12.480 enfermeras con el título de enfermera especialista en Pediatría (datos de enero de 2022). Sin embargo, según los últimos datos de la Asociación EIR, sólo en seis comunidades autónomas existe bolsa de contratación de enfermería pediátrica: Galicia, Castilla y León, Cantabria, Comunidad de Madrid, Aragón y Andalucía. En Asturias, País Vasco, Navarra, La Rioja, Cataluña y Castilla-La Mancha, además de la ciudad autónoma de Melilla no se ha creado bolsa de trabajo específica, mientras que Extremadura, Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares, Canarias y Ceuta, aunque formalmente existe la bolsa, no se emplea.

De todas formas, el que exista bolsa de empleo específica no implica que todos los puestos en servicios esenciales como UCI o neonatos, sean ocupados por enfermeras especialistas. Ello exige que los distintos servicios de salud establezcan que las plazas sean ocupadas por especialistas de forma obligatoria y no sólo como un mérito como sucede en muchos lugares.