ÁNGEL M. GREGORIS.- Tiempo. Esta es la palabra más importante para una persona que está sufriendo un ictus. Activar el protocolo cuanto antes y comenzar el tratamiento mejora enormemente el pronóstico del paciente, así como su supervivencia. “Cada minuto cuenta porque cada minuto que pasa se van muriendo millones de neuronas y tenemos que intentar minimizar los tiempos. Cuanto antes llegue a un hospital y se le aplique el tratamiento, mejores resultados tendremos a la hora de la recuperación”, afirma Rosario Galindo, enfermera de la Unidad de Ictus del Hospital Universitario de Cáceres.

Gracias a esta unidad se han recortado muchísimo los tiempos desde que se detecta el ictus hasta que se comienza el tratamiento. “Cuando se activa el código, priorizamos todo para ese paciente: el transporte, la entrada a urgencias, realizar un TAC de control para saber si es un ictus isquémico o hemorrágico…”, explica Galindo.

Asimismo, se aplica la estimulación precoz del paciente. «Lo hacemos desde el minuto cero para potenciar la zona afectada e intentar mandar impulsos eléctricos al cerebro para que conozca esa zona que tiene afectada. Nosotros lo hacemos diariamente, pero también implicamos a la familia, explicándoles cómo puede hacer esa estimulación y cómo ayuda a la recuperación», remarca.

Vigilar y controlar

Las enfermeras tienen una función clave a la hora de vigilar y controlar posibles complicaciones durante las primeras horas. “Nuestra labor es una labor de vigilancia neurológica y, aparte de eso, aplicar toda una serie de cuidados especializados y concretos a este tipo de pacientes”, subraya la enfermera.

Además de esta intervención, las enfermeras intentan que la sociedad conozca las señales que pueden dar lugar a un ictus. “Es una enfermedad que se instaura de una manera muy brusca. Lo importante es que se detecte esa sintomatología, que la población se conciencie de que si ven a una persona o a un familiar que tiene una desviación de la boca, que habla mal, que no es capaz de hablar, que no moviliza una pierna o un brazo… que rápidamente se ponga en contacto con un sanitario bien del centro de salud o bien de urgencia para que se active el código porque pueden ser unos síntomas que indique que el paciente está sufriendo un ictus. Esto es un proceso dinámico, no se produce una obstrucción y se terminó. A medida que va pasando el tiempo cada vez se van muriendo más neuronas”, destaca Rosario Galindo.

Recuperación

Y las familias tienen también un papel esencial en la recuperación de los afectados. “La enfermera les da toda la educación sanitaria necesaria para cuando regresa el paciente a su domicilio. Creemos que es bastante importante porque el paciente se va con secuelas y son los familiares los que van a estar con él”, afirma Margarita Lajas, supervisora de la Unidad de Neurología, Neurocirugía y Unidad de Ictus del hospital.

Tal y como resalta Rosario Galindo, para ellas y para la unidad, también es muy importante hacer un test de disfagia, que ayudará a evitar los reingresos debido a neumonías aspirativas.