ÁNGEL M. GREGORIS.- Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco es la primera causa evitable de enfermedad, invalidez y muerte prematura en el mundo. En Europa, el tabaquismo provoca cada año 1,2 millones de muertes. Está directamente relacionado con la aparición de múltiples enfermedades como el cáncer, bronquitis crónica, hipertensión arterial o enfisema pulmonar. En la actualidad han surgido nuevas formas de consumo como los vapeadores con sabores (ya regulados) u otros con nicotinas que han empezado a utilizar hasta menores.

Juan Riesgo, enfermero especialista en Familiar y Comunitaria

Durante el XIX Congreso de la Sociedad Española de Especialistas de Tabaquismo, Juan Riesgo, enfermero especialista en Familia y Comunitaria y miembro del grupo Evidencia Cannnabis Tabaco (ÉVICT), hizo un repaso de los mitos más habituales en torno a las nuevas formas de consumo. “El mito es una institución social que implica una convencionalidad explícita o implícita.

Esta no existe jamás solamente para un individuo aislado, por tanto, es importante que identifiquemos estas ideas erróneas y dispongamos de datos actualizados, fiables y contrastados para poder ofrecer a nuestros pacientes información y que puedan tomar ellos sus propias decisiones formadas con datos veraces”, apunta.

Menos dañino NO es más sano

Que algunos de estos nuevos dispositivos no utilicen la combustión o utilicen productos sin nicotina no les hace más sanos. Genera una sensación de falsa seguridad e inocuidad.

El vapor de los cigarrillos electrónicos es agua

Es importante distinguir vapor de aerosol; los cigarrillos electrónicos emiten partículas de metales pesados, silicatos, propilenglicol… No es un producto inocuo

El vapeo es un tema de adultos y su consumo es fácil controlarlo

Se ha demostrado en los estudios preliminares que el consumo de cigarrillos electrónicos ha aumentado. La prevalencia del uso en estudiantes de 12-13 años es mucho mayor que el consumo de tabaco convencional. Más de la mitad de los estudiantes de 14 a 18 años ha consumido cigarrillos electrónicos, situándose el uso de estos dispositivos en el punto más alto de la serie histórica. El uso de estos dispositivos supone una puerta de entrada para los más jóvenes al tabaquismo convencional, incluso al consumo mixto de tabaco y otros nuevos productos.

Utilizar estos nuevos dispositivos me ayudará a dejar de fumar

No existe evidencia científica que avale esta idea, los metaanálisis actuales no son sólidos para reforzar esta afirmación. Cuando hablamos de consumo de tabaco (y de otros productos) implican un proceso cognitivo-conductual. Si continuamos consumiendo cigarrillos electrónicos no nos ayudará a dejar de fumar (la conducta del consumo sigue arraigada) y se perpetuará este patrón.

El consumo de nuevos dispositivos supone una reducción de riesgos

Utilizar el término reducción de riesgos, término salubrista y dirigido a la salud pública, para el consumo de una sustancia adictiva que implica la progresión a la enfermedad crónica y recidivante (tabaquismo), implica un mal uso del término y lo desvirtúa.

Los cigarrillos electrónicos sin nicotina, por no tenerla, no me harán ningún daño.

Se ha relacionado el consumo de cigarrillos electrónicos con el agravamiento de enfermedades como el asma, la fibrosis quística y la EPOC. Además de haber aparecido una nueva enfermedad: la lesión pulmonar asociada al uso de cigarrillos electrónicos o al vapeo, conocida como EVALI (por sus siglas en inglés: E-cigarette, or Vaping, product use Associated Lung Injury).