IRENE BALLESTEROS.- En España cerca del 26% de la población sufre dolor crónico, lo que supone que más de nueve millones de personas en nuestro país sufren esta enfermedad. Un dato preocupante que se desprende del Barómetro del dolor crónico en España 2022 de la Fundación Grunenthal. Este mismo también nos deja otro porcentaje que no augura un buen futuro para la salud de la población, y es que el 27,1% de las personas que padecen dolor crónico en España desconocen su origen y las causas del mismo, lo que dificulta el abordaje terapéutico, como destaca el barómetro. El dolor crónico es aquel que aparece de forma continuada durante más de cuatro días por semana y el cual persiste desde hace al menos tres meses. El más habitual es el dolor lumbar, que afecta a un 58,1% de los pacientes. Además, esta enfermedad limita sobremanera la vida de quienes la padecen, pues su alimentación, autoestima, la higiene del sueño o incluso sus relaciones sexuales se ven afectadas.

Ante un panorama nada favorable para estos pacientes, un equipo multidisciplinar, formado en su mayoría por enfermeras y avalado por el Consejo General de Enfermería, entre otras instituciones, ha publicado Autocuidado Analgésico. Manual profesional dirigido al cuidado de las personas con dolor crónico, una guía para profesionales, pero también dirigida a pacientes, para el cuidado de las personas con dolor crónico, que a su vez sirve como herramienta para que los pacientes aprendan a gestionar su dolor. «Queremos incidir en la calidad del autocuidado, tanto en la prevención del dolor, como en el tratamiento del mismo. Un autocuidado, como decía Dorotea Orem, que es el conjunto de actividades que las personas realizamos para estar mejor, para cuidar nuestra salud y vivir lo mejor posible, y que, por tanto, necesita de un autocuidado integral que tenga en cuenta la parte física, psicoemocional, social y espiritual del ser humano», explica Manuela Monleón, enfermera del Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria Legazpi de Madrid y especialista en Enfermería Familiar y Comunitaria.

Reto

Manuela Monleón

El objetivo de este manual es atenuar el impacto del dolor, incluso llegar a prevenir su aparición, evitando así sus consecuencias en el ámbito de la salud, la economía, la participación social y la calidad de vida de las personas y su entorno. «Con este manual pretendemos acercar la promoción del autocuidado al campo del dolor, a las diferentes consultas y disciplinas que trabajamos con personas que lo sufren; y esto va desde el domicilio del paciente, pasando por el centro de salud y llegando al entorno hospitalario. La falta de formación en dolor entre los profesionales sigue siendo una realidad, y con este libro pretendemos contribuir a esa mejora de conocimiento, que alivie este problema. en él se recogen diferentes tipos de actividades de autocuidado que el profesional sanitario puede recomendar, dándole la información adecuada para ayudar al paciente a desarrollarlas. Una educación para la salud desde el profesional, individual o grupal, que hemos facilitado con la inclusión de otro libro, a través de un QR en los anexos del manual, más práctico y concreto. Una guía del paciente que forma parte de ese entrenamiento en salud a realizar», sigue Monleón.

El dolor crónico no solo afecta drásticamente a la persona que lo padece, sino que tiene consecuencias en otros ámbitos como, por ejemplo, el laboral, ya que, tal y como se desprende del barómetro, un 28,6% de estos pacientes requieren de bajas laborales a causa de esta enfermedad, algo que repercute de forma directa en la economía. Además, las personas que padecen dolor crónico carecen de autonomía para realizar determinadas actividades, su participación social se ve mermada e incluso un 22,2% y un 27,6% sufre depresión y ansiedad respectivamente. Aspectos que evidencian la creciente necesidad de generar conocimiento, promover la prevención y los cuidados enfermeros, como se hace con la publicación de este manual.

Esta enfermedad «impacta en el día a día y en todas las esferas; más allá de la percepción física del dolor, que todos podemos imaginar, éste tiene una respuesta humana individual para cada uno. Insomnio, ansiedad, depresión, son problemas que acompañan al dolor, y que se suman empeorando la situación. A nivel social vemos mermas en el trabajo, bajas laborales que pueden conllevar pérdidas económicas, repercusión en el rol. Todo esto se une a posibles alteraciones de la movilidad, aislamiento o incomprensión, entre otras, que llevan a la persona a la desesperación y pérdida de sentido vital«, advierte esta enfermera.

Abordaje terapéutico

El tema central de este manual es el autocuidado y la autogestión del dolor. Así, este equipo multidisciplinar desarrolla la teoría del autocuidado, donde plantean diferentes actividades que demuestran -con evidencia científica– la efectividad que tienen en el control del dolor. «Temas como el humor y la actitud positiva, el confort ambiental, técnicas de relajación, mindfulness, musicoterapia, ocio, ejercicio físico, relaciones sexuales… Todo ello ha evidenciado que pueden ayudar a la persona a disminuir su dolor. En ambos documentos se desarrolla información y se proponen recursos de calidad, de acceso online, orientados a los pacientes y profesionales para mejorar el conocimiento de las actividades de autocuidado y su práctica, lo que facilita la implicación del paciente en la gestión de su dolor y su participación en la toma de decisiones«, plantea la especialista.

Novedades

Hasta este momento las enfermeras no contaban con un manual que recogiera actividades no farmacológicas que pudieran desarrollar tanto profesionales como pacientes en su cuidado diario del dolor. Todo ello, basado en la evidencia científica. «Distintas estrategias en salud manifiestan la importancia de impulsar el autocuidado entre la población, entre ellas, el documento Marco para la Mejora del Abordaje del Dolor en el SNS, que insta a promover intervenciones que favorezcan la capacitación y la implicación en su autocuidado de las personas con dolor y sus cuidadores, dirigidas a mejorar el afrontamiento del dolor y a preservar la calidad de vida. Nosotros con este trabajo hemos dado respuesta a esta necesidad. Por ello, pretendemos que las personas participen en su plan terapéutico, que sepan de su enfermedad y comprendan el por qué de los cuidados y demás tratamientos, así les ayudaremos a tomar decisiones y elegir el mejor autocuidado para su confort y bienestar», concluye la enfermera Familiar y Comunitaria.