MARINA VIEIRA.- En los meses del confinamiento total, el tráfico de internet en España se incrementó en un 80%, de acuerdo con los datos aportados por las principales operadoras de telefonía del país. Los dispositivos con conexión a internet han sido el vínculo de unión entre personas confinadas. Quedadas de amigos por videollamadas, conciertos online o reuniones de trabajo por videoconferencia han sido la normalidad que ha reinado en la mayor parte de los hogares en estos meses. Pero también han cobrado un papel relevante en el ámbito sanitario. Centros de salud y hospitales han hecho grandes esfuerzos para realizar la mayoría de las consultas de enfermería y medicina a través de medios telemáticos. Ya sea a través de videollamada o por el teléfono tradicional, sanitarios y pacientes han mantenido esta vía de contacto para tratar sus patologías o resolver sus consultas sanitarias.
Esta situación, que fue una necesidad por el escenario de aislamiento que requería la pandemia, ha podido ser una de las consecuencias positivas que nos ha traído esta
gran crisis. Así lo considera Saray Allen, adjunta a la dirección de enfermería del Hospital San Juan de Dios en el Hospital Pediátrico de Esplugues de Llobregat de Barcelona: “Se nos brindaron nuevas oportunidades para ofrecer distintas maneras de acercarnos a los pacientes y seguir dando la atención que dábamos, sobre todo a nivel educativo para familias y pacientes”, introduce la enfermera del hospital catalán.
Talleres de atención al duelo
Desde su dirección de Enfermería se dividieron en equipos para atender a todos los pacientes que acuden de forma presencial. Para ella, una de las consultas telemáticas que más éxito ha tenido en los meses de pandemia han sido los talleres grupales a hermanos de atención al duelo. “Empezamos a desarrollar estos grupos de hermanos cuando había fallecido algún paciente para hacer terapias grupales y siempre lo hacíamos de forma presencial. Esta nueva situación del COVID nos ha ofrecido la posibilidad de hacerlo de forma telemática, a través de Zoom y hemos visto una oportunidad.
Teníamos a niños que debían trasladarse desde zonas de Cataluña muy alejadas del hospital y no contaban con la oportunidad de venir presencialmente de la forma periódica que exigía el programa. En cambio, esta herramienta nos ha permitido llegar a más número de pacientes, en zonas en las cuales no era habitual, porque el desplazamiento era mucho mayor. Hemos visto la oportunidad de llegar a muchos más pacientes”, confiesa la enfermera. Allen, con dilatada experiencia en enfermería pediátrica, confiesa que le sorprende que la mayor parte de las llamadas que hacían los padres no estaban relacionadas con cuestiones relacionadas con el virus. “Entre el 24 de marzo al 31 de mayo recibimos 2.053 llamadas y en ellas, lo sorprendente, es que la mayoría preguntaban por signos de clínica sospechosa típica de pediatría: niños con fiebre o dolor abdominal, manchas o sarpullido en alguna zona del cuerpo”, enumera.
Además, los datos indican el éxito del método, “el 65% de las consultas telemáticas pudieron ser resueltas por la propia enfermera de forma autónoma, un 21% fueron derivadas al hospital porque consideró que era un criterio de urgencia y debía derivarse al hospital de zona, un 9% se derivó a sus ambulatorios de referencia, un 3% fueron recetas a nivel electrónico y el 1% fue derivado al especialista en nuestro centro para que fuera derivado en presencia”, recalca. Lo que significa que la gran mayoría de las consultas se pudieron resolver por teléfono, sin requerir la presencia del paciente en el centro. Tal y como relata, desde su hospital se están replanteando seguir con esta modalidad de atención y crear un contact center para atender este tipo de consultas. “Debemos también tener en cuenta que estos datos se están extrayendo de un entorno COVID, pero estamos seguros de que en un contexto de normalidad el porcentaje de consultas presenciales que se pueden evitar con una atención telefónica correcta también puede ser alta”, recalca Allen.
Atención Primaria
Una situación parecida es la que cuenta Carmen Seoane, responsable de enfermería del centro de salud Montesa en Madrid. En la Comunidad de Madrid, tras terminar los meses más duros de la pandemia, se ha implantado un programa de atención telefónica a los pacientes de los centros de salud. “La atención telefónica la desarrollamos durante la pandemia, ya que los pacientes no podían acudir de forma presencial a nuestro centro. Vimos que se nos abría una vía importante para contactar con ellos”, introduce la enfermera.
El objetivo sigue siendo el mismo que en los meses más duros de la crisis —reducir las visitas presenciales a los centros sanitarios—, pero en este caso tras haber comprobado que realmente este tipo de consultas son efectivas. “Sobre todo, en aquellos casos en los que o están inmovilizados o no podían porque estaban aislados por la cuarentena. Lo importante de todo esto es que a veces se pueden solucionar muchos problemas por vía telefónica y no es necesario que acudan al centro. Así evitamos riesgos y contagios innecesarios”, señala la enfermera madrileña. “Creo que es el futuro inmediato y a largo plazo”, recalca Seoane.
Insuficiencia cardiaca
En el caso de Galicia, el ejemplo ha sido peculiar. La metodología ya se encontraba muy desarrollada ya que desde hace años existe un servicio de teleenfermería para la atención de pacientes con insuficiencia cardiaca y esta experiencia ha servido para implantar la atención telemática a pacientes durante los meses de confinamiento.
“Empezamos en 2016 con un plan piloto. Esta infraestructura ha servido para hacer el seguimiento telefónico de pacientes por COVID-19 en Galicia. En principio, enviábamos todo el material a los pacientes para que se pudieran medir y nosotros, por internet, accedemos a los datos que introducen en su historia clínica. Ahora es una versión diferente a través del móvil y una aplicación. Es mucho más rápido que antes. Nos sirvió para implantar en muy pocos días para todos los enfermos de COVID- 19 una atención telemática y ahora está en marcha para muchas patologías, no sólo para insuficiencia cardiaca. Se utiliza en proceso psiquiátrico, depresiones, intento de suicidio, diabetes, distintas insuficiencias cardiacas – agudas o crónicas hipertensión, alcoholismo, todo lo que se pueda contemplar. Hay protocolos específicos para cada patología y un personal asignado que le sigue” explica detalladamente Pilar Chaos, enfermera asistencial de la primera consulta de insuficiencia cardiaca del Hospital Lucus Augusti de Lugo.
La forma en la que se ha desarrollado este tipo de atención, Chaos lo define como un “hospital desde casa”, los pacientes tienen acceso a una aplicación donde registran todos los parámetros de salud en los que su patología requiere seguimiento, la enfermera los recibe al instante y les salta una notificación en el caso en el que exista alguna anomalía. “En la pantalla nos saltan alertas dependiendo de la gravedad. Amarillo, verde o rojo y actuamos en consecuencia. Podemos modificarles el tratamiento, recomendar que hable con el médico o llamar al paciente a la consulta. La gente normalmente está satisfecha”, concreta la enfermera lucense. Pilar Chaos lo tiene muy claro, este tipo de servicios son “el futuro de la enfermería. Favorecen el conocimiento y los síntomas de la descompensación porque ellos se dan cuenta de los signos de alarma en el momento”.
Postoperatorio
La sanidad privada ya hacía tiempo que contaba con consultas de este tipo, pero durante la pandemia se han incrementado y se están considerando nuevas vías. “Llevamos
cuatro años, en el primer año cerramos con 150 videoconsultas y a fecha de hoy estamos cerrando 5.000”, confiesa Juan Ángel Moreno, director de Enfermería del Hospital La Zarzuela de Madrid, lo que significa que es una tendencia al alza. En este hospital madrileño está muy consolidado el servicio de postoperatorio por videoconferencia, algo que ha descargado considerablemente las visitas presenciales en el centro sanitario. “Al ser con vídeo se ve más cercano, puedo ver las heridas. La gente te pregunta muchas cosas y ves que les ayudas a través de la cámara. Al principio tenía miedo de que fuese más frío, pero luego realmente te das cuenta de que es al revés, no sé por qué, pero noto más cercanía. A lo mejor, al estar en casa se sienten más cómodos”, confiesa Isabel Fernández, enfermera de la UVI pediátrica del Hospital de La Zarzuela de Madrid.
Seguimiento del embarazo
También ha servido para mantener una vía de contacto entre matronas y embarazadas. Un canal de comunicación que Carla Quintana, fundadora de Matrona para mí, tiene claro que debería mantenerse en el tiempo. “Yo creo que se podrían quitar muchas consultas. He visto personalmente que sí hay consultas que pueden ser presenciales. Por ejemplo, tienes que ir presencialmente a que te saquen una analítica, aunque ahora también se han incrementado las analíticas a domicilio. Pero no haría falta ir a recoger los resultados con una visita presencial. Perfectamente podríamos hacer una consulta online o videollamada y obtener los resultados. Si tuviésemos que incluir unas vitaminas o algún tratamiento se puede hacer una receta totalmente electrónica sin ningún problema y así no hay que desplazarse”, relata.
La fundadora del servicio de atención domiciliaria y online, desde su experiencia, considera que las pacientes en la consulta online se sienten más cómodas y ha notado que
en muchas ocasiones hacen preguntas que a lo mejor en una atención presencial no se atreverían a hacer. “Normalmente las consultas presenciales suelen ser de un tiempo determinado y no nos da tiempo a preguntar todo. Cuando estamos en casa, la gente suele apuntar las dudas, suele quedarse mucho más tranquila. Son consultas más cálidas, más personales. Los pacientes cogen más confianza con la persona, en este caso con la matrona, y suelen preguntar muchas más cosas”, anota. Algo que reafirma Cristina Bermejo, una de sus pacientes y madre reciente. Además, considera que “la sanidad pública debería fomentar este tipo de recursos porque ha quedado demostrado durante esta cuarentena que es una forma muy sencilla de poder resolver dudas”.
Estos son sólo algunos de los innumerables ejemplos de atención no presencial de enfermería que se están implementando en nuestro país. A pesar de que es un servicio que, en muchas ocasiones, ha surgido por una necesidad urgente y que posiblemente quede aún mucho camino que recorrer para mejorar algunos aspectos, todo apunta a que uno de los aprendizajes que nos ha dado esta crisis sanitaria a la que nos hemos tenido que enfrentar es que existen otras vías exitosas de atender y cuidar de los pacientes. La teleenfermería ha sido el presente que nos ha hecho vivir la crisis sanitaria y, si se implementa de la forma adecuada, puede ser el futuro que combata problemas como el colapso de los centros sanitarios.